miércoles, 9 de agosto de 2017

El tapiz de Fionavar, el primero de todos los mundos tejidos



 

Trilogía de novelas fantásticas escritas por el canadiense Guy Gavriel Kay, quien entre otras cosas colaboró en la edición del aún inédito Silmarillion. Aquí les presento un par de mapas del mundo de Fionavar, el primero de todos los mundos tejidos:


 Del artista Urminnet



No he leído nada de las novelas, pero buscando información me encontré con esta indignada critica del indignado KeoV, forista de Meristation , a quien obviamente no le gusto la trilogía –y aun así se la leyó toda-, me pareció tan hilarante su indignación que les presento su análisis completo de la obra, que obviamente tiene spoilers, les pido disculpas si son fans de Fionavar y si esto les ofende o lo consideran injusto:


 Pues a grandes rasgos me cague en los muertos del autor, aquí te dejo la sarta de paridas que solté en esa ocasión:

Resumen: No me gusto.

Primero que nada aclarar que es mi opinión personal. Si uso palabras ofensivas me disculpo por adelantado. También advertirles que voy a revelar SPOILERS A DIESTRA Y SINIESTRA, así que si deseas leer esta saga (no entiendo el por qué) o la estas leyendo (te compadezco desde el fondo de mi corazón) posiblemente no quieras seguir leyendo.

¿Qué pasa cuando tomas El señor de los Anillos, El Silmarillon, Las Crónicas de Narnia, y los mezclas con capítulos de Compañeros?, la respuesta es: “El Tapiz de Fionavar”.

“El Tapiz de Fionavar” fue escrita por Guy Gabriel Kay y consta de tres libros: El Árbol del Verano, Fuego Errante y Sendero de Tinieblas.


El texto de la contraportada dice:

Cinco jóvenes canadienses se ven apartados de sus vidas cotidianas y trasladados a Fionavar, el más perfecto de los mundos alternativos al nuestro. Un mundo donde rige la magia y en el que sus habitantes se debaten entre la Luz y las Tinieblas.
Conducidos por el supremo mago, Manto de Plata, los cinco jóvenes han de intentar poner fin a la guerra desencadenada por Rakoth Maugrim, poderoso dios maligno y encuentran en sus aventuras a los Hijos de la Luz, los Servidores de la Oscuridad, los enanos, los espíritus de los bosques y de las aguas y muchos otros personajes.



Para empezar todo se ve muy bonito hasta que empezamos a leer. Los personajes principales son cinco analfabetas funcionales, planos, sin chispa ni carisma, sobre todo esto último. Nunca sentimos simpatía por ninguno, quizá por el menos tonto de todos sentiremos indiferencia pero no más.

En el grupo hay tres hombres: Kevin, Dave y Paul. Kevin se siente el inútil del grupo (porque lo es), en la Tierra es un Don Juan, pero en Fionavar se la pasa lamentándose de todo. Afortunadamente comprende que no vale ni dos céntimos y lo mejor que hace es morirse, ojala otros hubieran seguido su ejemplo.

Dave en realidad no es amigo de los otros cuatro, es un simple conocido, siempre me he preguntado como termino metido en este enredo si pareciera que es la única persona decente en esta historia. Y en realidad es el único personaje principal que no te dan ganas de matar de una forma lenta y horrenda. Básicamente es un gigantón medio estúpido pero noble, que cuyo propósito en esta historia es follarse a una diosa color verde (¿o la verde era otra?, ni puta idea) en el segundo libro. No es el único protagonista en follar con dioses.


Luego tenemos a Paul a quien el autor le pone el rimbombante sobrenombre de “Pwyll el dos veces nacido, señor del árbol del verano” y que bien pudo haberse llamado “Paul el gilipollas”. Aunque esto último encaja a tantos y tantos personajes que seguramente tendríamos que numerarlos de 1 a n donde n es exactamente el número de personas que participan en este adefesio.

Paul se lamenta constantemente de la muerte de su novia, la cual le recriminaba ciertas cosas por las que finalmente lo llamaremos “Paul el Frígido”. Para que no se sienta solo, lo emparejan con “Jaelle, la suma sacerdotisa virgen y frígida”, bonita pareja. El muy chulito pasa los tres libros fanfarroneando que se va a cargar al señor de los lobos y al final … ¡puffffff!... ¡MARICÓN!

Después tenemos a las mujeres del grupo: Jennifer y Kimberly. Jennifer o “Yo soy La Jenny-fer” es por mucho el peor personaje de todo el libro, después hablare de ella.

El otro personaje femenino es Kimberly que es una blandengue que todo le causa una profunda pena, llora o esta a punto de llorar por cualquier cosa, todo el tiempo se esta ahogando en un vaso de agua. Por si fuera poco es una flipada que parece salida de Dragon Ball. No solo se fusiona con otro personaje, sino que le cambia el cabello de color como super-sayayin y hasta se tele-transporta como Goku, solo le falta gritar ¡BWAAAAAAAAAAAAAAAAAA! cada vez que va a usar su poder.

¿Cómo llamaríamos a la fusión de Kimberly con la vidente Ysanne?, ¿Kimnne?, ¿Yimberlynne?, ¡NO!, la llamaremos “Kim follamagos”. Durante buena parte del libro creemos que va a terminar revolcándose con el Aragorn pirata, pero luego le da las nalgas (literalmente) a la versión cutre de Gandalf. Hay que añadir que además cuenta con un anillo único “para dominarlos a todos” que es como un comodín que el autor se ha sacado de la manga, si en algún momento se le acaban las ideas al escritor, este recurre al dichoso anillo que hace de todo, es como la navaja suiza de la Tierra Media.

El hecho de que estos subnormales sean universitarios canadienses en mi opinión sobra. Bien pudieron ser cinco campesinos de Fionavar, o cinco enanos de circo, o cinco travestidos, o lo que sea ya que no importa en lo absoluto su origen. El autor nunca lo aprovecha. Si Follamagos es estudiante de medicina, en realidad no importa, porque lo más que hará será poner un triste vendaje en todo el libro. Y si bien los protagonistas nunca hablan de su origen, aun si lo hicieran, seguiría sin tener alguna importancia. Porque las dos o tres veces que lo intentan, los habitantes de Fionavar les dejaran bien claro que les importa una mierda y mejor se callen.


El resto de los personajes no son menos patéticos, ya había hablado de la versión cutre (muy muy cutre, cutrisima) de Aragorn y de nombre misteriosamente familiar: Aileron. Esté soplapollas malnacido es un puto subnormal profundo que recurre al clásico “me enojo y no respiro”, se comporta como un niñato de mierda que actúa de forma impulsiva demostrando toda falta de estrategia, sentido común y lo más importante, de humanidad hacia sus semejantes. Hará lo que sea para llegar al poder, incluso se plantea matar a su hermano.

Y hablemos del mentado hermano, de nombre Diarmuid, es un IMBÉCIL (así con mayúsculas) que se dedica a follarse lo que se ponga en frente y a batirse en duelo por cualquier estupidez. Le dedican capítulos enteros que no aportan absolutamente nada y cuya único propósito es relatarnos sus chorri aventuras de cama.

Ambos hermanos se supone que son la releche, el autor los pone como si fueran Faramir y Boromir, y a pesar de que son unos hijos de la gran puta que los recontra puta mil pario, a pesar de eso, se supone que son de los buenos.

Ahora hablemos de otra personaje plagiado. Porque esto es un plagio, ya que el autor trabajo de alguna forma en la publicación del Silmarillión, me imagino que trayendo cafés, porque aquí se ve que para escribir no sirve, otro poco y es casi la mitad de malo que yo . Pero continuemos, hay a un mago que es el equivalente a Gandalf llamado Loren Manto de Plata (no me jodas Guy Gabriel, solo no le puso Loren el Blanco porque ya hay otro mago en la historia que es el blanco, jajaja).

Se supone que es el más cojonudo de los magos pero en realidad no puede ni prender unas velitas de cumpleaños si no trae a su lado a un enano (personaje casi rescatable) del cual extrae su poder y con el que mantiene una relación semi-gay. El hecho que los magos tengan que ir todo el tiempo acompañados de “su pila” los limita enormemente. Mientras lo leía me imaginaba que el mago se bajaba los pantalones y le decía al enano -"Es hora de recargar, ponte en cuatro patas para que me enchufe". Dale un laxante al enano y terminas con el mago.

Hay montones y montones de secundarios, casi ninguno se salva de la quema.

Por alguna razón el autor se niega a usar los nombres clásicos usados en la literatura fantástica, bueno en realidad si sabemos cual es esa razón y es que esto es un plagio descarado. Los elfos son llamados lios alfair, los orcos reciben el nombre de svarts alfar, los urakais se llaman urgachs, etc. Es una acción que busca confundir al lector, trata de mostrar su trabajo como algo nuevo y novedoso. Sin embargo lo disimula muy mal, así los lios viven en un bosque cubierto por una cortina de magia y tienen que ir al oeste a una tierra prometida más allá del mar, justo como los elfos de Lothlórien. Los únicos que conservan su nombre son los humanos y los enanos, sin embargo sus habilidades siguen siendo las clásicas de estos libros y hasta hay Mithril que aquí se llama Thieren.

Como añadido y despropósito total, también aparecerán usando sus nombres verdaderos el Rey Arturo y Lancelot el primer caballero, en fin, por ellos no se pagan derechos. Así el autor se evita la molestia de crear nuevos personajes o la de plagiar otros, que por cierto, no se le da lo uno ni lo otro. Sinceramente no se qué carajos pintan estos personajes, embonan tan bien en la historia como una piña metida por el culo.

Es justo que aquí volvamos a hablar de “La Jennifer”, ese personaje que mencione al inicio y que califique como el peor personaje de todo el libro. Bueno, ella mantiene un triangulo amoroso con el Rey Arturo y Lancelot, claro que antes se follo a Kevin y como no quedo conforme pues hasta el malo de la historia le da por culo.

La Jennifer se supone que es un personaje trágico por el que debemos sentir la mayor de las penas, pero despierta justo lo contrario y los últimos dos libros desee que tuviera la más lenta, dolorosa y terrible de las muertes. Es por mucho el personaje más odioso con el que me he topado leyendo.

Además, algo que nunca me gusto de este personaje es que parece que ya leyó el libro, el autor le intenta justificar sus actos como si se trataran de actos realizados por sabiduría, y no importa las gilipolleces que haga siempre se comporta como si acabara de descubrir el hilo negro y hubiera hecho lo correcto, para colmo los demás le terminan dando la razón.

Un acto realmente despreciable que comete es el abandonar a un hijo, nunca le muestra amor o cariño alguno, (ojo MEGA SPOILER) al final el pobre chico se suicida para salvarlos, y ni así se le ablanda su frió y negro corazón, finge como que esta triste por cinco milisegundos para no quedar mal con el resto, y se olvida de crió para volver al dilema de que amante elegir. Según el autor, ella es la heroína de la historia.

Ahora hablemos de Fionavar, esté es como una Tierra Media resumida. Hay un reino equivalente a Gondor, la tierra de los caballos, el bosque de los elfos, la montaña de los enanos y la fortaleza de Melkor, digo… de Rakoth en el norte, etc.
El mapa es un claro plagio que mezcla partes del mapa de Beleriand y partes del mapa de la Tierra Media.

No esta bien claro cuál es el tamaño real de este mundo. Los personajes van y vienen por el mapa muy fácilmente. Tratas de seguir sus aventuras consultando el mapa pero solo te confunde pues los recorridos planteados por el autor carecen se coherencia y sentido.

Los personajes cruzan el mapa de un extremo al otro y de regreso en menos de un día. Ir del centro de un país al centro de otro es cosa de medio día a lo mucho. A veces parece que ni el propio autor se entera de cuál es el tamaño, nos dice que un tipo tarda 2 días en recorrer la mitad de una distancia X y solo media hora en recorrer la otra mitad. Yo en lo personal creo que toman el metro, porque sino no me explico cómo pueden viajar esas distancias en tan poco tiempo. La mayoría de las veces hasta se dan el lujo de perder el tiempo haciendo picnics o fornicando.



Fionavar nos es presentado como “el primero y más perfecto de los mundos”. Sin embargo, esta es una afirmación pretenciosa y ridícula. Fionavar es un mundo sumido en pleno oscurantismo y sus habitantes se comportan como un cumulo de campesinado supersticioso e irascible. Sus valores éticos y morales son más que cuestionables, parece que cualquier nimiedad merece el peor de los castigos o bien desatar duelos a muerte. Uno se pregunta si en verdad vale la pena salvar a este montón de salvajes. Yo no tendría problemas si no fuera porque el autor insiste en que los buenos son buenísimos, la crème de la crème, los más mejores de todos los mundos mundiales.

La mitología de Fionavar es otro despropósito. Hay varios dioses “buenos” y el malo. El dios principal es Eru Ilúvatar, digo "El Tejedor", que es el creador de los demás dioses.

Algo realmente chocante es que todos los dioses, ya sean buenos o malos, son un tremendo montón de inútiles debiluchos buenos para nada, incluso hay una diosa que lo único que hace es decir “alto” y se despedorra todita porque con eso se le acaba todo el poder. Por si fuera poco los dioses "del bien" pierden el tiempo en rencillas idiotas, fornicando o haciendo su actividad favorita que es no hacer nada.

El malo malón de la historia esta casi de adorno, de el apenas nos cuentan cinco líneas y poco más. Se supone es más malo que un enanito que se columpia de tus huevos,pero siendo sincero no es muy poderoso. Pierde el tiempo en rebuscados e inútiles planes condenados al fracaso.

Pero les quiero hablar de algo que realmente me molesta y es que a pesar de que los personajes del libro son contactados en nuestro mundo por el mago, en realidad no esta presente ningún tipo de anacronismo. Tanto los buenos como los malos tienen el poder de viajar entre mundos y dimensiones, pero como ya lo habíamos dicho los buenos no lo aprovechan y los malos tampoco. Nunca se plantea traer armamento para pelear contra el mal, ya de pérdida unos mosquetes o algo moderno que seguro haria un mejor trabajo que las tristes espadas medievales.

El villano es igual de tonto, es de risa como en la recta final lanza su super-arma secreta que no es otra cosa que un triste dragón que se muere a los cinco minutos, jajajaja, menuda cagada de super arma. Pero bueno, el ejército del bien tampoco es muy poderoso, pero aún así pelear a estas alturas con puras armas blancas conociendo cosas mejores. es para marcarse un epic facepalm.

Imaginen que el villano por un momento tuviera más de dos neuronas en su cabeza y decidiera armar a su horda con tecnología avanzada, quisiera ver al montón de cavernícolas que componen al ejercito "del bien" viendo llegar a los orcos en tanques Tigre y recibiendo una lluvia de napalm, buahahaha.

Eso sí, el ejercito del bien a duras penas suma poco más de 10,000 hombres, cosa considerable si fuera Alejando el Grande su general, pero como es Aileron el Babotas pues se antoja una cantidad insignificante. ¿Pedimos refuerzos a otros universos para derrotar al mal? ¡Pa que! Si ya tenemos a los cinco protagonistas subnormales.


Pasando a otro tema, en Fionavar hay montones de historias absurdas. Hay el equivalente a Beren y Luthien solo que su historia termina de forma diferente, él se pierde en el mar y ella se suicida de la pena. Bueno, pues las sacerdotisas en vez de rezar por su tragedia, por el descanso de sus almas o algo similar, en lugar de eso se dedican a maldecir al pobre hombre, imagínense los canticos y rezos “¡LA MADRE QUE LO PARIO!, ¡LA MADRE QUE LO PARIO! …” ¿Y qué puta culpa tuvo el de perderse, que no se puede uno perder en el mar por accidente o que carajos? Por cierto, algunos libros de edición reciente traen en la portada la torre junto al mar donde ella se tira de la pena, según el libro es una obra maestra de la arquitectura elfica ... ¡y la torre parece una puta polla bien dura, les juro que hasta se ve venuda! jajaja.

También tenemos que se celebra un tipo festival de la cosecha que consiste en que todas las novicias del templo se debe follar al primero que encuentren deben y fornicar toda la noche.

Cuando llega el rey vecino con refuerzos a la ciudad, en vez de preparar todo para la defensa del reino, ¡se va al puticlub!.

Ahora que he tocado el tema, aprovecho para decir que esta saga se debería llamar “El Tapiz de FORNICAR”. Inspirados por aquello de “A follar que el mundo se va a acabar”, hay todo un carrusel de folleteo. Si señores, esto es un Royal Rumble, todos follan con todos, muy felices y contentos cual ácaros entre el vello nalgico de un pordiosero. Es como si se hubiera girado la rueda de la fortuna del destino y cayera en la casilla “TODOS FOLLAN”. Incluso podría mencionar a Tabor, un miserable personajillo despreciable al que me limitare a denominar como “El Zoofilico” y no diré más.

Guy Gabriel considera que lo más importante es dedicar capítulos y capítulos a hacer emparejamientos y dar pasó a triángulos amorosos, cuadrados, pentágonos y hasta hipercubos. Trata, y se queda en eso, de dar un aspecto más adulto a la narrativa, pero lo aborda de una forma tan patética que logra justo lo contrario, mostrando diálogos trillados e insulsos que pacen sacados de una telenovela mexicana, lo considero un claro precursor de 50 sombras de Grey. Claro, si pelea Lancelot que pierda la camisa para que nos muestre su increíble abdomen marcado con cuadritos.

Por si fuera poco toda la saga esta escrita usando un lenguaje rebuscado lleno de palabras grandilocuentes que intentan ensalzar cualquier insignificancia y dejan al lector con la impresión de estar leyendo un conjunto de exageraciones. Si por ejemplo, se diera la hipotética situación de que uno de los protagonistas SE TIRA UN PEDO, un suceso de tanta importancia estaría plasmado de la siguiente forma:

“… fue la acción más galante e intrépida jamás entretejida en el Tapiz. Nunca se había tenido noticia de una acción que pudiera igualar la magnanimidad de lo que se había desencadenado en ese momento, un espectáculo inolvidable, de una perfección imposible de superar. Era la afirmación total e irrefutable de la identidad de su ser. Era la proclamación en la anchurosa anchura de la ancha anchurosidad de su parte más oscura, tan negra como la noche. Ahí estaban todos y cada uno de los hilos de los olores y sabores con toda su amplia y muy extensa gama de texturas, formando una maraña que terminaba magnifica y fuertemente entretejida en el Tapiz. Era algo digno de ser anhelado, de ser dolorosamente deseado por todas y cada una de las criaturas mortales del Tejedor en todos los mundos del tiempo. Pues así eran tirados los pedos en Fionavar, el primero y más perfecto de los mundos. Tejedor en el Telar. “

Todo el tiempo con las mismas frases gilipollas, que si el Tejedor, el telar, los hilos, las marañas, los entretejidos y que si su puta madre en almíbar, odio todas esas mierdas.


En toda la historia solo hay unos cuantos capítulos que merecen ser rescatados por no dar tanto asco. Los menos peores sin duda se dan en el tercer libro e incluso se nos obsequian un increíble par de capítulos sobre los enanos. Gran escena la elección del espíritu del lago en las montañas entre Matt y Kaen. ¡Aquí el autor si estaba sobrio!

Para mí, los libros que conforman la saga “El Tapiz de Fionavar” son por mucho los peores libros de literatura fantástica que he tenido entre mis manos. Es más, podrían ser catalogados como unos de esos absurdos libros de caballerías que leía el Quijote. Tomando prestadas palabras de otro forero, diré que forman parte sin duda de las dos o tres IMBECILIDADES más grandes que he leído en mi puta vida. Es una colección que gustara a los lectores poco exigentes o a los que gustan de libros auto superación que se encuentran a la venta en los supermercados, esos de pasta color fosforito y con en nombre del autor en letras doradas a relieve que ocupan media portada.

Con todo esto “El Tapiz de Fionavar” se ha ganado un lugar donde le corresponde que es el cubo de la basura, pero pensándolo bien, mejor deberían ir metidos en el culo de Guy Gabriel Kay, eso si, que sea en edición de pasta dura con los bordes bien picudos.


¡Hala, me he desahogado!, podéis hacerme pedazos.

1 comentario:

  1. Este Millenial que escribe su crítica ofendidita haría bien en tomar las primeras novelas de un maestro narrador, que da sus primeros pasos. El autor ayudó a compilar el Silmarillion a Christopher Tolkien y aunque no son sus mejores novelas, pues son las primeras, son inapreciables para alguien como tú. Si Fionavar es el primero de los mundos y los demás reflejo de ése, los elfos, presentes en la mitología nórdica van a aparecer con sus nombres antiguos: Lios Alfar o Elfos de la Luz, y Svarts Alfar o Elfos Negros. No son copia, son una versión más cercana a los cuentos tradicionales sobre los elfos. Pero para qué vamos a pedir un poco de reflexión si aquí el avezado crítico lo tiene tan claro. Obviamente los personajes principales son tontos y quejicas, pero cada uno responde a un arquetipo ancestral y tiene una misión que cumplir. Los otros personajes están bien, véase el encantador y liante príncipe Diarmuid, Soren el mago, etc... Es un arquetipo del Viaje del Héroe, no muy logrado, pero estamos hablando de finales de los 80, cuando el género después de Tolkien estaba dando sus pasitos después de salir de la cuna. Así que un respetito a Guy Gavriel Kay, que excepto Tigana, todo lo demás que ha escrito es mucho mejor que Fionavar, veáse Sarantium y Los Leones de Al-Rassan.

    Es más fácil destruir que construir para cualquiera, pero más si ostentas un espíritu mezquino.

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