Trilogía de novelas fantásticas escritas
por el canadiense Guy Gavriel Kay, quien entre otras cosas colaboró en la edición
del aún inédito Silmarillion. Aquí les presento un par de mapas del mundo de
Fionavar, el primero de todos los mundos tejidos:
No he leído nada de las novelas,
pero buscando información me encontré con esta indignada critica del indignado
KeoV,
forista de Meristation , a quien obviamente no le gusto la trilogía –y aun así
se la leyó toda-, me pareció tan hilarante su indignación que les presento su análisis
completo de la obra, que obviamente tiene spoilers, les pido disculpas si son
fans de Fionavar y si esto les ofende o lo consideran injusto:
Pues a grandes rasgos me cague en los muertos del autor, aquí te dejo la sarta de paridas que solté en esa ocasión:
Resumen: No me gusto.
Primero que nada aclarar que es mi opinión personal. Si uso palabras
ofensivas me disculpo por adelantado. También advertirles que voy a
revelar SPOILERS A DIESTRA Y SINIESTRA, así que si deseas leer esta saga
(no entiendo el por qué) o la estas leyendo (te compadezco desde el
fondo de mi corazón) posiblemente no quieras seguir leyendo.
¿Qué pasa cuando tomas El señor de los Anillos, El Silmarillon, Las
Crónicas de Narnia, y los mezclas con capítulos de Compañeros?, la
respuesta es: “El Tapiz de Fionavar”.
“El Tapiz de Fionavar” fue escrita por Guy Gabriel Kay y consta de tres
libros: El Árbol del Verano, Fuego Errante y Sendero de Tinieblas.
El texto de la contraportada dice:
Cinco jóvenes canadienses
se ven apartados de sus vidas cotidianas y trasladados a Fionavar, el
más perfecto de los mundos alternativos al nuestro. Un mundo donde rige
la magia y en el que sus habitantes se debaten entre la Luz y las
Tinieblas.
Conducidos por el supremo mago, Manto de Plata, los cinco jóvenes han de
intentar poner fin a la guerra desencadenada por Rakoth Maugrim,
poderoso dios maligno y encuentran en sus aventuras a los Hijos de la
Luz, los Servidores de la Oscuridad, los enanos, los espíritus de los
bosques y de las aguas y muchos otros personajes.
Para empezar todo se ve muy bonito hasta que empezamos a leer. Los
personajes principales son cinco analfabetas funcionales, planos, sin
chispa ni carisma, sobre todo esto último. Nunca sentimos simpatía por
ninguno, quizá por el menos tonto de todos sentiremos indiferencia pero
no más.
En el grupo hay tres hombres: Kevin, Dave y Paul. Kevin se siente el
inútil del grupo (porque lo es), en la Tierra es un Don Juan, pero en
Fionavar se la pasa lamentándose de todo. Afortunadamente comprende que
no vale ni dos céntimos y lo mejor que hace es morirse, ojala otros
hubieran seguido su ejemplo.
Dave en realidad no es amigo de los otros cuatro, es un simple conocido,
siempre me he preguntado como termino metido en este enredo si
pareciera que es la única persona decente en esta historia. Y en
realidad es el único personaje principal que no te dan ganas de matar de
una forma lenta y horrenda. Básicamente es un gigantón medio estúpido
pero noble, que cuyo propósito en esta historia es follarse a una diosa
color verde (¿o la verde era otra?, ni puta idea) en el segundo libro.
No es el único protagonista en follar con dioses.
Luego tenemos a Paul a quien el autor le pone el rimbombante sobrenombre
de “Pwyll el dos veces nacido, señor del árbol del verano” y que bien
pudo haberse llamado “Paul el gilipollas”. Aunque esto último encaja a
tantos y tantos personajes que seguramente tendríamos que numerarlos de 1
a n donde n es exactamente el número de personas que participan en este
adefesio.
Paul se lamenta constantemente de la muerte de su novia, la cual le
recriminaba ciertas cosas por las que finalmente lo llamaremos “Paul el
Frígido”. Para que no se sienta solo, lo emparejan con “Jaelle, la suma
sacerdotisa virgen y frígida”, bonita pareja. El muy chulito pasa los
tres libros fanfarroneando que se va a cargar al señor de los lobos y al
final … ¡puffffff!... ¡MARICÓN!
Después tenemos a las mujeres del grupo: Jennifer y Kimberly. Jennifer o
“Yo soy La Jenny-fer” es por mucho el peor personaje de todo el libro,
después hablare de ella.
El otro personaje femenino es Kimberly que es una blandengue que todo le
causa una profunda pena, llora o esta a punto de llorar por cualquier
cosa, todo el tiempo se esta ahogando en un vaso de agua. Por si fuera
poco es una flipada que parece salida de Dragon Ball. No solo se fusiona
con otro personaje, sino que le cambia el cabello de color como
super-sayayin y hasta se tele-transporta como Goku, solo le falta gritar
¡BWAAAAAAAAAAAAAAAAAA! cada vez que va a usar su poder.
¿Cómo llamaríamos a la fusión de Kimberly con la vidente Ysanne?,
¿Kimnne?, ¿Yimberlynne?, ¡NO!, la llamaremos “Kim follamagos”. Durante
buena parte del libro creemos que va a terminar revolcándose con el
Aragorn pirata, pero luego le da las nalgas (literalmente) a la versión
cutre de Gandalf. Hay que añadir que además cuenta con un anillo único
“para dominarlos a todos” que es como un comodín que el autor se ha
sacado de la manga, si en algún momento se le acaban las ideas al
escritor, este recurre al dichoso anillo que hace de todo, es como la
navaja suiza de la Tierra Media.
El hecho de que estos subnormales sean universitarios canadienses en mi
opinión sobra. Bien pudieron ser cinco campesinos de Fionavar, o cinco
enanos de circo, o cinco travestidos, o lo que sea ya que no importa en
lo absoluto su origen. El autor nunca lo aprovecha. Si Follamagos es
estudiante de medicina, en realidad no importa, porque lo más que hará
será poner un triste vendaje en todo el libro. Y si bien los
protagonistas nunca hablan de su origen, aun si lo hicieran, seguiría
sin tener alguna importancia. Porque las dos o tres veces que lo
intentan, los habitantes de Fionavar les dejaran bien claro que les
importa una mierda y mejor se callen.
El resto de los personajes no son menos patéticos, ya había hablado de
la versión cutre (muy muy cutre, cutrisima) de Aragorn y de nombre
misteriosamente familiar: Aileron. Esté soplapollas malnacido es un puto
subnormal profundo que recurre al clásico “me enojo y no respiro”, se
comporta como un niñato de mierda que actúa de forma impulsiva
demostrando toda falta de estrategia, sentido común y lo más importante,
de humanidad hacia sus semejantes. Hará lo que sea para llegar al
poder, incluso se plantea matar a su hermano.
Y hablemos del mentado hermano, de nombre Diarmuid, es un IMBÉCIL (así
con mayúsculas) que se dedica a follarse lo que se ponga en frente y a
batirse en duelo por cualquier estupidez. Le dedican capítulos enteros
que no aportan absolutamente nada y cuya único propósito es relatarnos
sus chorri aventuras de cama.
Ambos hermanos se supone que son la releche, el autor los pone como si
fueran Faramir y Boromir, y a pesar de que son unos hijos de la gran
puta que los recontra puta mil pario, a pesar de eso, se supone que son
de los buenos.
Ahora hablemos de otra personaje plagiado. Porque esto es un plagio, ya
que el autor trabajo de alguna forma en la publicación del Silmarillión,
me imagino que trayendo cafés, porque aquí se ve que para escribir no
sirve, otro poco y es casi la mitad de malo que yo . Pero continuemos,
hay a un mago que es el equivalente a Gandalf llamado Loren Manto de
Plata (no me jodas Guy Gabriel, solo no le puso Loren el Blanco porque
ya hay otro mago en la historia que es el blanco, jajaja).
Se supone que es el más cojonudo de los magos pero en realidad no puede
ni prender unas velitas de cumpleaños si no trae a su lado a un enano
(personaje casi rescatable) del cual extrae su poder y con el que
mantiene una relación semi-gay. El hecho que los magos tengan que ir
todo el tiempo acompañados de “su pila” los limita enormemente. Mientras
lo leía me imaginaba que el mago se bajaba los pantalones y le decía al
enano -"Es hora de recargar, ponte en cuatro patas para que me
enchufe". Dale un laxante al enano y terminas con el mago.
Hay montones y montones de secundarios, casi ninguno se salva de la quema.
Por alguna razón el autor se niega a usar los nombres clásicos usados en
la literatura fantástica, bueno en realidad si sabemos cual es esa
razón y es que esto es un plagio descarado. Los elfos son llamados lios
alfair, los orcos reciben el nombre de svarts alfar, los urakais se
llaman urgachs, etc. Es una acción que busca confundir al lector, trata
de mostrar su trabajo como algo nuevo y novedoso. Sin embargo lo
disimula muy mal, así los lios viven en un bosque cubierto por una
cortina de magia y tienen que ir al oeste a una tierra prometida más
allá del mar, justo como los elfos de Lothlórien. Los únicos que
conservan su nombre son los humanos y los enanos, sin embargo sus
habilidades siguen siendo las clásicas de estos libros y hasta hay
Mithril que aquí se llama Thieren.
Como añadido y despropósito total, también aparecerán usando sus nombres
verdaderos el Rey Arturo y Lancelot el primer caballero, en fin, por
ellos no se pagan derechos. Así el autor se evita la molestia de crear
nuevos personajes o la de plagiar otros, que por cierto, no se le da lo
uno ni lo otro. Sinceramente no se qué carajos pintan estos personajes,
embonan tan bien en la historia como una piña metida por el culo.
Es justo que aquí volvamos a hablar de “La Jennifer”, ese personaje que
mencione al inicio y que califique como el peor personaje de todo el
libro. Bueno, ella mantiene un triangulo amoroso con el Rey Arturo y
Lancelot, claro que antes se follo a Kevin y como no quedo conforme pues
hasta el malo de la historia le da por culo.
La Jennifer se supone que es un personaje trágico por el que debemos
sentir la mayor de las penas, pero despierta justo lo contrario y los
últimos dos libros desee que tuviera la más lenta, dolorosa y terrible
de las muertes. Es por mucho el personaje más odioso con el que me he
topado leyendo.
Además, algo que nunca me gusto de este personaje es que parece que ya
leyó el libro, el autor le intenta justificar sus actos como si se
trataran de actos realizados por sabiduría, y no importa las
gilipolleces que haga siempre se comporta como si acabara de descubrir
el hilo negro y hubiera hecho lo correcto, para colmo los demás le
terminan dando la razón.
Un acto realmente despreciable que comete es el abandonar a un hijo,
nunca le muestra amor o cariño alguno, (ojo MEGA SPOILER) al final el
pobre chico se suicida para salvarlos, y ni así se le ablanda su frió y
negro corazón, finge como que esta triste por cinco milisegundos para no
quedar mal con el resto, y se olvida de crió para volver al dilema de
que amante elegir. Según el autor, ella es la heroína de la historia.
Ahora hablemos de Fionavar, esté es como una Tierra Media resumida. Hay
un reino equivalente a Gondor, la tierra de los caballos, el bosque de
los elfos, la montaña de los enanos y la fortaleza de Melkor, digo… de
Rakoth en el norte, etc.
El mapa es un claro plagio que mezcla partes del mapa de Beleriand y partes del mapa de la Tierra Media.
No esta bien claro cuál es el tamaño real de este mundo. Los personajes
van y vienen por el mapa muy fácilmente. Tratas de seguir sus aventuras
consultando el mapa pero solo te confunde pues los recorridos planteados
por el autor carecen se coherencia y sentido.
Los personajes cruzan el mapa de un extremo al otro y de regreso en
menos de un día. Ir del centro de un país al centro de otro es cosa de
medio día a lo mucho. A veces parece que ni el propio autor se entera de
cuál es el tamaño, nos dice que un tipo tarda 2 días en recorrer la
mitad de una distancia X y solo media hora en recorrer la otra mitad. Yo
en lo personal creo que toman el metro, porque sino no me explico cómo
pueden viajar esas distancias en tan poco tiempo. La mayoría de las
veces hasta se dan el lujo de perder el tiempo haciendo picnics o
fornicando.
Fionavar nos es presentado como “el primero y más perfecto de los
mundos”. Sin embargo, esta es una afirmación pretenciosa y ridícula.
Fionavar es un mundo sumido en pleno oscurantismo y sus habitantes se
comportan como un cumulo de campesinado supersticioso e irascible. Sus
valores éticos y morales son más que cuestionables, parece que cualquier
nimiedad merece el peor de los castigos o bien desatar duelos a muerte.
Uno se pregunta si en verdad vale la pena salvar a este montón de
salvajes. Yo no tendría problemas si no fuera porque el autor insiste en
que los buenos son buenísimos, la crème de la crème, los más mejores de
todos los mundos mundiales.
La mitología de Fionavar es otro despropósito. Hay varios dioses
“buenos” y el malo. El dios principal es Eru Ilúvatar, digo "El
Tejedor", que es el creador de los demás dioses.
Algo realmente chocante es que todos los dioses, ya sean buenos o malos,
son un tremendo montón de inútiles debiluchos buenos para nada, incluso
hay una diosa que lo único que hace es decir “alto” y se despedorra
todita porque con eso se le acaba todo el poder. Por si fuera poco los
dioses "del bien" pierden el tiempo en rencillas idiotas, fornicando o
haciendo su actividad favorita que es no hacer nada.
El malo malón de la historia esta casi de adorno, de el apenas nos
cuentan cinco líneas y poco más. Se supone es más malo que un enanito
que se columpia de tus huevos,pero siendo sincero no es muy poderoso.
Pierde el tiempo en rebuscados e inútiles planes condenados al fracaso.
Pero les quiero hablar de algo que realmente me molesta y es que a pesar
de que los personajes del libro son contactados en nuestro mundo por el
mago, en realidad no esta presente ningún tipo de anacronismo. Tanto
los buenos como los malos tienen el poder de viajar entre mundos y
dimensiones, pero como ya lo habíamos dicho los buenos no lo aprovechan y
los malos tampoco. Nunca se plantea traer armamento para pelear contra
el mal, ya de pérdida unos mosquetes o algo moderno que seguro haria un
mejor trabajo que las tristes espadas medievales.
El villano es igual de tonto, es de risa como en la recta final lanza su
super-arma secreta que no es otra cosa que un triste dragón que se
muere a los cinco minutos, jajajaja, menuda cagada de super arma. Pero
bueno, el ejército del bien tampoco es muy poderoso, pero aún así pelear
a estas alturas con puras armas blancas conociendo cosas mejores. es
para marcarse un epic facepalm.
Imaginen que el villano por un momento tuviera más de dos neuronas en su
cabeza y decidiera armar a su horda con tecnología avanzada, quisiera
ver al montón de cavernícolas que componen al ejercito "del bien" viendo
llegar a los orcos en tanques Tigre y recibiendo una lluvia de napalm,
buahahaha.
Eso sí, el ejercito del bien a duras penas suma poco más de 10,000
hombres, cosa considerable si fuera Alejando el Grande su general, pero
como es Aileron el Babotas pues se antoja una cantidad insignificante.
¿Pedimos refuerzos a otros universos para derrotar al mal? ¡Pa que! Si
ya tenemos a los cinco protagonistas subnormales.
Pasando a otro tema, en Fionavar hay montones de historias absurdas. Hay
el equivalente a Beren y Luthien solo que su historia termina de forma
diferente, él se pierde en el mar y ella se suicida de la pena. Bueno,
pues las sacerdotisas en vez de rezar por su tragedia, por el descanso
de sus almas o algo similar, en lugar de eso se dedican a maldecir al
pobre hombre, imagínense los canticos y rezos “¡LA MADRE QUE LO PARIO!,
¡LA MADRE QUE LO PARIO! …” ¿Y qué puta culpa tuvo el de perderse, que no
se puede uno perder en el mar por accidente o que carajos? Por cierto,
algunos libros de edición reciente traen en la portada la torre junto al
mar donde ella se tira de la pena, según el libro es una obra maestra
de la arquitectura elfica ... ¡y la torre parece una puta polla bien
dura, les juro que hasta se ve venuda! jajaja.
También tenemos que se celebra un tipo festival de la cosecha que
consiste en que todas las novicias del templo se debe follar al primero
que encuentren deben y fornicar toda la noche.
Cuando llega el rey vecino con refuerzos a la ciudad, en vez de preparar todo para la defensa del reino, ¡se va al puticlub!.
Ahora que he tocado el tema, aprovecho para decir que esta saga se
debería llamar “El Tapiz de FORNICAR”. Inspirados por aquello de “A
follar que el mundo se va a acabar”, hay todo un carrusel de folleteo.
Si señores, esto es un Royal Rumble, todos follan con todos, muy felices
y contentos cual ácaros entre el vello nalgico de un pordiosero. Es
como si se hubiera girado la rueda de la fortuna del destino y cayera en
la casilla “TODOS FOLLAN”. Incluso podría mencionar a Tabor, un
miserable personajillo despreciable al que me limitare a denominar como
“El Zoofilico” y no diré más.
Guy Gabriel considera que lo más importante es dedicar capítulos y
capítulos a hacer emparejamientos y dar pasó a triángulos amorosos,
cuadrados, pentágonos y hasta hipercubos. Trata, y se queda en eso, de
dar un aspecto más adulto a la narrativa, pero lo aborda de una forma
tan patética que logra justo lo contrario, mostrando diálogos trillados e
insulsos que pacen sacados de una telenovela mexicana, lo considero un
claro precursor de 50 sombras de Grey. Claro, si pelea Lancelot que
pierda la camisa para que nos muestre su increíble abdomen marcado con
cuadritos.
Por si fuera poco toda la saga esta escrita usando un lenguaje rebuscado
lleno de palabras grandilocuentes que intentan ensalzar cualquier
insignificancia y dejan al lector con la impresión de estar leyendo un
conjunto de exageraciones. Si por ejemplo, se diera la hipotética
situación de que uno de los protagonistas SE TIRA UN PEDO, un suceso de tanta importancia estaría plasmado de la siguiente forma:
“…
fue la acción más galante e intrépida jamás entretejida en el Tapiz.
Nunca se había tenido noticia de una acción que pudiera igualar la
magnanimidad de lo que se había desencadenado en ese momento, un
espectáculo inolvidable, de una perfección imposible de superar. Era la
afirmación total e irrefutable de la identidad de su ser. Era la
proclamación en la anchurosa anchura de la ancha anchurosidad de su
parte más oscura, tan negra como la noche. Ahí estaban todos y cada uno
de los hilos de los olores y sabores con toda su amplia y muy extensa
gama de texturas, formando una maraña que terminaba magnifica y
fuertemente entretejida en el Tapiz. Era algo digno de ser anhelado, de
ser dolorosamente deseado por todas y cada una de las criaturas mortales
del Tejedor en todos los mundos del tiempo. Pues así eran tirados los
pedos en Fionavar, el primero y más perfecto de los mundos. Tejedor en
el Telar. “
Todo el tiempo con las mismas frases gilipollas, que si el Tejedor, el
telar, los hilos, las marañas, los entretejidos y que si su puta madre
en almíbar, odio todas esas mierdas.
En toda la historia solo hay unos cuantos capítulos que merecen ser
rescatados por no dar tanto asco. Los menos peores sin duda se dan en el
tercer libro e incluso se nos obsequian un increíble par de capítulos
sobre los enanos. Gran escena la elección del espíritu del lago en las
montañas entre Matt y Kaen. ¡Aquí el autor si estaba sobrio!
Para mí, los libros que conforman la saga “El Tapiz de Fionavar” son por
mucho los peores libros de literatura fantástica que he tenido entre
mis manos. Es más, podrían ser catalogados como unos de esos absurdos
libros de caballerías que leía el Quijote. Tomando prestadas palabras de
otro forero, diré que forman parte sin duda de las dos o tres
IMBECILIDADES más grandes que he leído en mi puta vida. Es una colección
que gustara a los lectores poco exigentes o a los que gustan de libros
auto superación que se encuentran a la venta en los supermercados, esos
de pasta color fosforito y con en nombre del autor en letras doradas a
relieve que ocupan media portada.
Con todo esto “El Tapiz de Fionavar” se ha ganado un lugar donde le
corresponde que es el cubo de la basura, pero pensándolo bien, mejor
deberían ir metidos en el culo de Guy Gabriel Kay, eso si, que sea en
edición de pasta dura con los bordes bien picudos.
¡Hala, me he desahogado!, podéis hacerme pedazos.