Bajo una luna rota más grande que el mundo mismo, el continente de Équilas está siendo devorado por los Desfiladeros y los engendros de Vólcarath, el Mensajero de la Tierra Muerta. Solo Lían Aionfel, un joven huérfano poseedor de una espada mágica, puede detenerlo. Para ello deberá reunir los siete Cristales que fueron robados del corazón del mundo y devolverlos a las profundidades del Cabo de Gea, de donde nadie ha regresado vivo.
Pero no estará solo, en este viaje imposible se le unirán inesperados pero leales compañeros, al tiempo que deberá enfrentarse a Kyresh, quien fuera su mejor amigo, pero ahora es un poderoso esbirro de las tinieblas.
En la última década en Chile ha surgido una especie de mini “boom” de la fantasía épica, o de la fantasía en general, como ya hemos visto con diferentes libros y sagas de autores chilenos, y un nuevo ejemplo es el de Alejandro S. d'Alessandri, quien empezó como cineasta -sin mucho éxito- y posteriormente paso a la literatura, con Crónicas de Équilas, una trilogía de fantasía épica con elementos steampunk que, al menos en Goodreads tiene buenas críticas de los lectores.
Aquí su sitio web para quienes estén interesados.
Y aquí el Continente de Équilas (Como fuera en el 2.571 d. D.)
(d. D.: después de los Desfiladeros)